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¡Perdido en la Medina!!

Actualizado: 11 oct 2022

Venía desde Madrid, en un vuelo directo a Marrakech. Antes había estado por Portugal y el norte de España. Todo solo con mi alma. Ahora me encontraría con 12 compañeras para recorrer parte de África. ¿Cuantas Emilio? 12. Si, 12.

Llegarían al día siguiente, así que después de hacer como 2 horas en migraciones, un chofer me esperaba en el aeropuerto para llevarme a mi RIAD. No se puede entrar con autos a La Medina, por lo que fue necesario que vinieran por mí y seguir a pie hasta llegar a mi nueva casa. .





Un Riad es un pequeño Hostal, con un patio interno al centro y todas las habitaciones alrededor.

Me instalé en una linda habitación, me sirvieron un té verde en el patio y aproveché para preguntarles a una pareja de chilenos- estaban en Marrakech de luna de miel-sobre la seguridad. Si podía recorrer solo las calles, si debía cuidar el celular o mi cámara. Me dijeron: No parece seguro, pero lo es 100 %.

Ahí tomé coraje y a caminar como todo FLANEUR.




Las calles eran angostas, muy coloridas y ruidosas. Pasaban una motitos muy rápido como si no llegaran a tiempo.



Disparaba con mi cámara como un cowboy, atacado por los indios. Todo me atraía. Era

cierto, asustaban un poco, sobre todo hombres detrás de alguna columna que me hacían gestos sexuales. ¿Estaría en la calle gay? Seguí adelante entusiasmado por la fiesta de olores y colores que me rodeaba. El objetivo era llegar a la Plaza Jemaa el Fna .



Entré a la Plaza y me sorprendió el tamaño. Era enorme. Con caballos, negocios, gente bailando, cobras siguiendo al flautista. Una locura.




Di tantas vueltas, haciendo fotos y filmando videos que no registré por dónde había entrado a la Plaza. Saqué mi teléfono-había registrado en Google Maps mi Hotel-e intenté regresar porque estaba oscureciendo. La aplicación perdía la señal, indicaba en diferentes direcciones. Llamé al número que indicaba la tarjeta del Hotel y no podía comunicarme. Empecé a preocuparme y ocuparme.








Todas las calles lucían iguales. Traté de preguntar a cualquiera, pero no encontré ninguno que hablara inglés. Todos o árabe o un francés muy difícil.


¡ESTABA PERDIDO EN LA MEDINA!!


Un policía, con la tarjeta en la mano, ni siquiera me podía indicar la dirección en la que debía caminar. Pregunté a una mujer mayor- son más confiables-y me trajo al hijo para llevarme. ¿Cuánto me va a salir? Pregunté: 5 euros. Acepté y empecé a seguir a este joven marroquí.

¡Vamos Emilio! ¡Llegaremos!


El adolescente tomó por unas calles laterales, como esta. Yo solo quería llegar. ¡Tan solo eso!

A veces, por suerte pocas veces, sentía que alguien se acercaba por detrás.

¡Nada más terrorífico que la cercanía!

A los 15 minutos, me pidió la tarjeta y se mostró dubitativo. Sonamos, pensé. Entonces con un silbido llamó a otro amiguito, más chico todavía. Ahora había contratado al guía del guía.

A los 10 minutos estaba en el Riad. Salvado estaba tan emocionado que abracé a la señora recepcionista. Les dejo más fotos de Marrakech:



Al día siguiente llegaron mis compañeritas, pero eso es otra historia.

Estaba sano y a salvo, tomando un té verde.

Ahora un video. ¡Miren escuchen!!








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